Sabemos de la Catedral de Tortosa que está asentada sobre lugar energético poderoso y reconocido por otras civilizaciones y culturas que pasaron por aquí.

Desde templo romano, mezquita árabe, y después catedral gótica sobre catedral románica.

Sabemos también que para su construcción, los maestros constructores, auspiciados por la Orden del Temple, buscaron concienzudamente el punto exacto a partir del cual la Catedral sería construida.

Su orientación sobre los puntos cardinales, su advocación y la posición con respecto al mapa cósmico-estelar fueron elegidos como correspondería a verdaderos Maestros Iniciados en tareas de construcción espiritual.

No es de extrañar que, como poco, su construcción se recree sobre proporciones aúreas, el famoso número phi.

A simple vista, observando con detenimiento la foto, nos podemos hacer una idea de sus dimensiones espectaculares y de su armonía en las formas.

catedral de Tortosa sobre el río Ebro

 

La simple observación de la catedral desde esta perspectiva privilegiada nos recuerda los enormes “sarcófagos” de granito que datan del antiguo Egipto. “Sarcófagos” en los que jamás encontraron ninguna momia y de proporciones gigantescas, colocados en lugares imposibles…

En éllos se realizaban poderosas iniciaciones de despertar y de conexión. No en vano, los Maestros Templarios eran conocedores de los Misterios que fueron conociendo perfectamente a través de sus incursiones en “Tierra Santa”.

Además de servir para la liturgia cotidiana, por sus dimensiones y por su construcción cuidadosamente proporcinada, la catedral de Tortosa es una perfecta caja de resonancia y multiplicadora de las energías, tanto telúricas como cósmicas que en ella confluyen.

Otro dato que llama la atención es Ntra. Sra. de la Estrella, titular de la catedral de Tortosa cuyo retablo en el altar mayor es una verdadera joya…

Nuestra Señora de la Estrella, titular de la catedral de Tortosa

Pero ésto es otra historia…

J. M. Martinez Arin

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